Por: C.A. Douglas Rafael Soto Villasmil
Siempre que pensamos en la Historia Naval de Venezuela, recordamos el despuntar de la mañana del 3 de agosto de 1806, cuando se divisan en el amplio mar frente a la Vela de Coro diez barcos de guerra, al mando del Almirante Sebastián Francisco de Miranda Rodríguez, considerado como el Precursor de la Emancipación Americana.
Sin embargo, en esta época bicentenaria y revolucionaria es justo reconocer las acciones navales de resistencia, llevadas a cabo por nuestros ancestros y que son poco conocidas, porque no forman parte de la Historia que se enseña en nuestras aulas de clases.
Pocos son los venezolanos que conocen la historia de “El Cacique Nigale: y la Ocupación europea de Maracaibo” ecrito en el año 2000 por Yldefonso Finol.
Este escrito relata la rebelión Añú, actualmente el cuarto grupo étnico mas grande del país. A los Añú, cuyo significado es “gente de agua”, también se les conoce como paraujanos, palabra proveniente del vocablo Wayuü, “Parauja”, que es “hombre de la orilla del mar”.
Los registros de la existencia de los Añú pueden ubicarse en 1499, cuando el explorador Alonso de Ojeda y Américo Vespucio en sus naves entraron en el Lago de Maracaibo y Vespucio se maravilló al ver las rancherías palafiticas características de los Añú y exclamó la frase con consecuencias históricas: “Encontramos una población edificada sobre el agua como Venecia”
Maracaibo tuvo que ser fundada en tres oportunidades gracias a la fiera resistencia de la nación Añú. Es así como el 18 de septiembre de 1529 llega desde Coro el Welsar Ambrosio Alfinger, con el poder de conquistar, explotar, poblar, gobernar y esclavizar a los indígenas, logrando saquear pueblo tras pueblo.
En 1535 Nicolás Federman inicia el negocio de extracción de perlas en el Cabo de la Vela, para lo cual se llevó setecientos Añú. En vista de la situación, esta población indígena lanzó un ataque desde el Lago de Maracaibo, resultando tres navíos españoles destruidos.
Posteriormente, en el año 1569 ocurre la segunda fundación de Maracaibo, esta vez desde Trujillo y organizada por el Capitán Alonso de Pacheco. En la casa de Pacheco se encontraba una esclava Añú con su hijo Nigale.
El capitán Pacheco había solicitado a España refuerzos. Cuando llegan las naves españolas fueron recibidos por una lluvia de flechas, que no dejó vivo a ningún invasor. Es así como Nigale logra escapar y se radica en la Isla de Toas, donde comanda una flota de 100 canoas abarrotadas de niños, mujeres y hombres, logrando así ejecutar la primera operación anfibia de la historia naval venezolana, muchos años antes que Miranda.
Los Añú que se encontraban de esclavos se unen a la Infantería de Marina y hacen que los conquistadores emprendan la huida y cae Maracaibo por segunda vez.
En 1574 es fundada por tercera vez Maracaibo, en esta oportunidad como “Nueva Zamora de la Laguna de Maracaibo”. Los conquistadores mediante el terror y la violencia pretendieron pacificar la región, a lo que el Cacique Nigale respondió con la unión de todas las tribus alrededor del Lago de Maracaibo, enfocando sus ataques a la logística, el comercio, logrando controlar la navegación en el Lago.
Con estas acciones impidió el acceso de las naves provenientes de Santo Domingo y Cartagena, la salida o llegada a Maracaibo de las que zarpaban de Gibraltar, puerto que los motilones destruyeron en varias ocasiones, hasta que en 1606 el nuevo gobernador Sancho de Alquila, trae de Trujillo a Juan Pacheco Maldonado, hijo de Alonso Pacheco, quien conocía a Nigale de niño y luego de ejecutar a los cacique Parahute, planificó un ardid para engañar a Nigale.
Juan Pacheco Maldonado invitó a Nigale a una reunión en Zapara, donde ambos deberían asistir sin armas y acompañados por pocos hombres para conversar. Pero unos hombres de Pacheco desembarcaron por otro lado de la Isla con mosquetes, puñales y cuchillos, mientras Nigale asistía acompañado de pocos hombres, mujeres y niños.
En tal situación fue apresado Nigale en compañía de once guerreros el 23 de junio de 1607, siendo ahorcados al tercer día en la Plaza Mayor de Maracaibo. De esta manera llega a su fin la fiera resistencia indígena en el Lago de Maracaibo.
Nuestro Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana, Hugo Rafael Chávez Frías, sacó del anonimato a Nigale al bautizar con su nombre el Segundo Puente sobre el Lago de Maracaibo, proyecto carretero ferroviario que unirá las ciudades de Santa Cruz de Mara y Punta de Palmas ubicadas a ambos lados del Lago de Maracaibo.
Queda convertirnos en entes multiplicadores de esta etapa desconocida de nuestra Historia Naval, la que llevaron adelante nuestros ancestros con mucho valor e hidalguía ante las armas, para que logremos mantener esta Nación libre de toda injerencia extranjera.